lunes, 30 de agosto de 2010

Carta de Zaliasnik a La Nación.



A continuación reproducimos la desafortuna carta del Sr.Gabriel Zaliasnik a la Nación, en la que inequívocamente llama nazi al escritor Antonio Gil y la respuesta del Daniel Platovsky Presidente del Directorio Empresa Periodística La Nación S.A. Pero debemos tomar en cuenta que a pesar que Platovsky se refiere al judaísmo tomando distancia, el Sr. Platovsky es judío y comparte con el Sr. Zaliasnik el ser ambos de derecha y probablemente compartan los mismos círculos sociales.

Señor
Daniel Platovsky
Presidente del Directorio
Empresa Periodística La Nación S.A.

En mi calidad de presidente
de la Comunidad Judía de Chile, deseo representar nuestra profunda molestia y expresar una enérgica protesta por la columna de opinión antisemita publicada en la edición del domingo 22 de agosto de 2010 del escritor Antonio Gil, titulada “A la sombra de Mammon”, y la caricatura de Gai, que plasma un ave de rapiña que destila sangre, parada en la cordillera y mirando con satisfacción una especie de cementerio católico.
En efecto, dicha columna y caricatura reproduce las más odiosas expresiones antisemitas, bajo el pretexto de realizar una espuria analogía entre las situaciones de actualidad y la perso
nificación de Mammon (símbolo de las riquezas en Lucas 16:13 y Mateo 6:24) usando el prisma de la Edad Media en que, para justificar persecuciones contra el pueblo judío, se lo utilizaba como demonio de la avaricia, de la riqueza y de la injusticia.
El columnista usa la expresión “Mammon, el demonio judío de la avaricia y la codicia, e imputa a éste “las grandes desgracias que ha sufrido el país”, señalando que “descubriremos tras cada una de ellas la sombra de Mammon y sus explicaciones y comisiones y mentiras”.
No se hace necesario reproducir otras partes de esta perturbador
a columna propia de “Los protocolos de los sabios de Sión” o de las campañas antisemitas del nazismo para ilustrar la gravedad de la situación.
Nos sorprende que un medio como La Nación cuente entre sus columnistas, caricaturistas y editores a personas que puedan justificar o dar espacio a estas desquiciadas personificaciones, tan alejadas del sentimiento mayoritario de pluralismo y tolerancia que existe en nuestro país.

El uso de estos espacios para propagar el antisemitismo entre los lectores, que muchas vece
s desconocen estas circunstancias históricas, es repudiable y esperamos reciba las más drásticas sanciones.

No se puede aceptar bajo pretexto alguno el empleo de los medios de comunicación para propagar el veneno del antisemitismo, sea con la utilización de figuras mitológicas como este “demonio”, o sea de modo subrepticio bajo la demonización del Estado judío de Israel. El antisemitismo en cualquiera de sus formas -religiosa como en la inquisición, racial como en el nazismo o ideológica como en antisionismo o antiisraelismo- debe ser claramente rechazado por un medio de comunicación social responsable y por toda nuestra sociedad.

En razón de lo expuesto, en mi calidad de presidente de la Comunidad Judía de Chile, solicito formalmente un pronunciamiento inmediato del directorio de diario La Nació
n y la adopción de medidas acordes con la gravedad de este hecho, así como la debida y ejemplarizadora publicidad de las mismas.

Gabriel Zaliasnik, presidente Comunidad Judía de Chile.




S
eñor Gabriel Zaliasnik Sch.
Presidente de la Comunidad Judía de Chile
Estimado señor:


Por intermedio de la presente acuso recibo de su carta fechada en el día de hoy, dirigida a mi persona en calidad de presidente del directorio de La Empresa Periodística La Nación S.A., con copia a los señores directores.
Con esta pronta respuesta, aún sin que el directorio
conozca del tema que motiva su protesta, quiero demostrar la importancia que le asigno a su fundada reclamación.
Quiero señalar a usted que con fecha de ayer, sin que mediara manifestación de malestar alguna, el director del diario, advertido de la gravedad del hecho, había resuelto tomar drásticas medidas al respecto, las que fueron consultadas con el gerente general y este presidente de este directorio, quienes las aprobamos.
La medida inmediata ac
ordada consistió en prescindir a partir de esta fecha de las columnas de don Antonio Gil, autor de la columna que motiva su protesta.
Se acordó, además, representar al director del diario el grave descuido en que se incurrió, por su parte y por la editora de la edición dominical, al no advertir la gravedad e imprecisiones de las aseveraciones del columnista, así como la ilustración que la acompañaba.

No es política de este directorio censurar opinión alguna, siempre y cuando esta sea emitida respetando las reglas básicas que nos inspiran, entre las cuales, ocupa un lugar relevante, ya no sólo el respeto a todas las creencias y nacionalidades, si
no nuestra absoluta intolerancia con el racismo.
De igual manera hab
ríamos procedido de verse afectada cualquier otra religión, pueblo o etnia. Creemos, con firmeza, que frente a este tipo de situaciones un medio como el nuestro, propiedad mayoritaria del fisco de Chile, o cualquier otro, no puede tener retardo alguno en aplicar las medidas que correspondan.
Puedo asegurarle que serán materializadas las medidas adoptadas y, debidamente difundidas, tanto éstas, como las rectificaciones necesarias. Le solicito a usted, tenga a bien aceptar nuestras excusas y hacerlas extensivas a la Comunidad Judía de Chile.

Atentamente, Daniel Platovsky T., presidente del Directorio Empresa Periodística La Nación S.A.

NOTA DE LA REDACCIÓN
Hemos tomado conocimiento de la queja de la Comunidad Judía y de numerosos lectores por la columna publicada en la edición del 22 de agosto de 2010 de La Nación Domingo, titulada “A la sombra de Mammón”.

Como diario, asumimos que la publicación de dicha columna constituy
ó un grave error, ya que se basó en alusiones claramente antisemitas que hirieron la dignidad de una religión y de un pueblo, a la vez que se alejaron del compromiso permanente de La Nación en orden a respetar los derechos de las personas.
Ante ello, se ha determinado la prescindencia tanto del autor de la columna como del caricaturista y, junto con ellos, de la editora de La Nación Domingo, a quienes les cabe como es obvio distintos tipos y grados de responsabilidad.

Reafirmamo
s que consideramos y consideraremos siempre como inaceptables expresiones como las contenidas en la columna, sean éstas deliberadas o involuntarias.
Reiteramos nuestras disculpas a los lectores por este desafortunado episodio y manifestamos nuestro firme compromiso de evitar en el futuro que se produzcan situaciones como la ocurrida.

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